jueves, 26 de junio de 2008

EL ANIMAL QUE HABITA EN MI INTERIOR


Abrumado por tanta responsabilidad, el animal había huido de mi interior, me sentía con nauseas, un hedor recorría todo mi ser y me veía sucio. Mí Yo ininteligible y egocéntrico, se escondía en cada poro de mi piel y Él; siempre, reaparecía en mi retina. El animal no había huido de mi interior, seguía dentro, era..... Lo imborrable del Todo Infinito de la codicia humana.

Al final, cerré los ojos y pude ver aquello que nunca debí dejar de ver. Mi propia y mísera irresponsabilidad animal, que iba cercenando mi existir. Entonces, me di cuenta de mi error y lloré.

LO IMBORRABLE

LO IMBORRABLE
Nada hay pequeño