Me he sentado al borde de la ilusión, comprendiendo que la vida es solo un momento, que pasa y se desvanece, que cambia y nos perdemos los pequeños detalles. Muchas veces he imaginado, mi existencia sin mis sueños, tirados tantas veces; he intentado agarrarlos, pero se me han ido entre lamentos, no sabía asirlos con fuerza, no pretendía que fueran realidad, pero esos instantes, son los que forman la eternidad de las cosas bellas, de la magia de la imaginación.
Siempre he sido una persona imaginativa, he creado y al terminar, me ha dado pudor enseñar lo que tenía dentro, pero hay que vencer esa desidia y mostrar a los que nos rodean, como somos y cómo queremos que se nos vea.
Descansan las imaginaciones, pero solo un pequeño y diminuto segundo, después hay que seguir y seguir escribiendo, sin orden, ni concierto; pero tenemos que enlazar las letras, con las gotas que caen de nuestras lágrimas, de nuestras alegrías, de nuestros miedos, de todo lo que nos hace ser: PERSONAS.
