FRAGILIDAD

FRAGILIDAD
(Vomitando viejos rencores)

Perfiles oscuros de lirios agonizantes,
que resucitan en la medianoche,
como un encantamiento que exhala
etéreas partículas de gotas frías,
que transforman todo aquello donde caen
y permiten detener lo que pasa,
ahuyentando el miedo y la ausencia,
de tus besos aferrados en el aire,
de los candados cerrados de las voces
y las cárceles segadas por las palabras.

POEMA INACABADO

(Siempre hay que dejar algo sin acabar)

Cada poema es un principio, pero nunca un fin,
es una cadena de retales de palabras incompletas,
que se cosen día a día y nunca se terminan.
Puedes pensar que se ha acabado, pero no es así,
es seguro, que se unen con el siguiente que comienza
y por eso lo hace imperfecto y bello a la vez.
Nunca muere, se reconvierte y hace que siga la vida.
No dejes que un momento desgrane tu dicha.
Los sueños son bellos. La realidad mejor aún.
Vive cada día un poco más para ser feliz,
todo es un toque conmovedor de esperanza
mezclado en la coctelera del tiempo vivido,
combinado con imaginación, dudas, esperanzas,
corazón, pasión, una pluma y un poco de tinta.
Y así, verás, como cada poema es parte de ti.

Desconcierto de compases reflejados en el lago de nuestra vida, tirados muchas veces por la borda del desconsuelo o simplemente, depositados en alguna repisa ajena a nuestros pasos; así son los instantes que pesan en el alma.

Algunas veces he intentado volver a mirar al espejo de lo que nos queda y no he encontrado nada, sólo la sombra del devenir de las voces calladas, de los nombres, sin nombres, de la las noches sin luna; y eso es, solamente el principio, mañana puede que nunca amanezca.

Brisas descoyuntadas al alba del principio del día, heridas sin sangre y sombras, sin personajes que hacen que el frío se inserte en el cuerpo abatido, en los huesos sin carne, en los rincones perdidos, en las alcobas sin camas.

ULTIMAS GOTAS DE TINTA

Y no puedo parar de escribir y me duele el alma,
y se entristece la risa; y se apagan las luces de mi estancia.
Y me siento herido y me vuelve a doler el alma,
por tener que despedirme, porque se acaba la magia,
por deciros adiós y no como ayer; ¡Hasta mañana!

Hoy es mejor callar.

Podría escribir lo que quisiera, pero hoy es día de callar: es mejor así, que decir cosas sin importancia.

Tendría las palabras en la boca, pero no en la mente.

Hoy es mejor callar.

EL TIEMPO DE LA VIDA

Semántica cadena de estrofas que atenaza el sentimiento y le cubren de esporas,

llegando hasta nuestras gargantas, haciéndonos temblar por lo que se avecina,

aquello que nos permite separarnos de la inmensidad de los cielos y los infiernos.

Semblante arruinado de una mañana arrogante que nos despierta con sus trinos,

nos embriaga, mientras sus dulces compases, nos hacen bailar a su ritmo locuaz,

perdiéndose en nuestras retinas y valorando nuestra existencia como pasajera.

Temblorosa mano que aparta lo que tiene por miedo a perderlo y olvidarlo,

ahuyentando pequeños recuerdos que nos hacen añorar, lo que no tuvimos,

lo que tenemos y por ningún motivo deseamos perderlo entre las sombras.

Pero todo perece, nada es eterno, todo se desvanece en el tiempo de la vida,

que confluye en el cruce de caminos que nos detienen, que se ahogan en el tiempo,

que se escabullen entre palabras, entre ruidos, entre las caras de la gente.

Todo se va de entre las manos. Es viento.

DESMESURA

Surgen abrumadoras ocasiones que rivalizan emitiendo señales que cubren aquello que es incierto, siendo pasos que pasan a nuestro lado y no permanecen. Otros en cambio, se quedan a vivir con nosotros.

Aducen que devoran cantidad ingente de energía arrolladora, investigando cada palmo que nos mueve y nos alimenta, desgranado las manos que las contienen, iluminando los designios que las conmueven.

Silencio. Una pausa para tan gran desmesura que nos cierra, humedeciéndo nuestros labios, falleciendo los sentidos que nos mueven, regresando a los lugares escondidos para perdernos, permitiendo, que se muevan inconscientes por la persistencia de los baúles sin recuerdos.

Silencio. Llega la noche. Silencio.

DIVAGACIONES FILÓSOFICA 3

Ahora me toca buscar la palabra entre tus sonidos; clavo a tus pies mi existencia. Sólo tú eres. El Ser. Lo Imborrable.
Cuando se pierden las palabras y el viento se lleva todo lo escrito y sólo queda lo perdurable, gano mi mayor trofeo. Lo imborrable. Sólo tus palabras suenan como el resurgir de una psicofonía infinita, excelsa, llena de vida. ¡Quién dijera jamás lo que no fuera dicho, escuchando tus jadeos, oyendo tus ríos, tu viento, mi voz que es la tuya!. Qué hedor más ingrato es el mundo, tan siquiera miran las bellezas de los vocablos ininterrumpidos que les ofreces. Gloria a tu nombre; y mis palabras son imborrables, siempre permanecerán en mis oídos, que son los tuyos.

DIVAGACIONES FILOSÓFICAS

Quisiera imaginar la plenitud de la belleza de las palabras mudas, sin sentido; alcanzar el clímax de frases infinitas, realizando la gran batalla en contra del todo anti-imaginario. El ocaso. Se ocultan las sonrisas de los labios, ensanchan los hombros los hipócritas. Mentiras.

Me hace falta descansar para seguir imaginando. Fatiga.

¿Qué queda del Todo-imaginario cuando se esconde el rostro y la sonrisa se pierde por el suelo?

Voy buscando las palabras y veo como estos relatos se terminan y no las encuentro, me veo caer en la sociedad consumista y agobiada por el sudor sedentario, lleno de apoplejía ingrata, de unas lágrimas de sangre. Añoro las pequeñas manos.

DIVAGACIONES FILOSÓFICAS 2

Tras la espesa niebla que deja confundida mi mente, te encuentro como cada noche a mi lado, dejando instantáneas de aquello que hemos vivido, que nos ha tocado sentir y hacernos volar.

Son pequeños parches que cuelgo en la pantalla de la vida, aquellos que nos hacen sentir serenos y sosegados en algún momento del día. Rara vez ocurre.

Minúsculos trozos de escarcha envuelven la raíz de la separación entre dos cosas; unas veces nos hacen deleitar y otras desesperar, pero son instantes al fin a al cabo y no hay que dejarlos parar.

Se nutren de momentos, se hacen fieles a nuestro pensar y se refuerzan en el aspa del tiempo. Son momentos nada más, pero hay que seguir. Dudamos y perdemos el segundo que pasa a nuestro lado y que nunca puede volver a pasar.

RUIDOS

Ruidos, miles de ruidos circundan la mañana que despierta, entre el humo de tubos de escape y el bullicio de la gente que va y viene de todos los lados. Y yo, sentado en medio de un anden de cercanías, sin saber que hacer. Podría tomar el próximo tren o quedarme toda la mañana, esperando a ver como muere el día. Pienso.

A lo lejos, se ve llegar otro tren, cientos de caras se bajan, cruzan, se tambalean, y yo, sigo sin saber que solución tomar.

Todo se ha quedado parado, casi no hay ruido, pero sigo esperando a que algo o alguien, me indique que debo hacer. Vacío o indecisión. Miedo o fin.

SENDEROS

Se pierde la vista entre la espesa bruma de los rincones olvidados, acallando voces que siguen pidiendo mi presencia, esa que no se puede entregar aunque se desee. Se revuelve entre los vientos de la linea que cruza, lo acertado y lo erróneo, una fina recta, que es fácil cruzar, pero difícil volver a encontrar.

El sendero que lleva al final del camino, envuelto de piedras cubiertas por musgo, del frío viento del norte, protege su verdor, me confunde y hace que mis pisadas se borren, acallando las voces que me entretienen y que salen del fondo del bosque de las almas perdidas.

Se silencian mientras camino. Al parar. Vuelven a repetir su lamento una y otra vez. Es el lamento de la agonía.

Un pequeño arroyo parte la trocha en dos. Es clara y limpia. Me miró en ella y no veo ningún rostro, tal vez lo perdí en el angosto paso por el cruce del sendero con mi esperanza. Continuo. Me detengo. Descanso.

Al final no sé dónde estoy y no me preocupa, me preocupa más saber dónde voy. Me levanto y vuelvo a caminar.

PASOS SOBRE LA LLUVIA

Se me han perdido los pasos por los charcos de las aceras. Hoy ha llovido.

Deambulando por los escaparates de la vida, he comprado un corazón nuevo, estaba de oferta. Muy barato.

He tenido que retroceder algunos metros para encontrar los pasos perdidos, hasta encontrarlos junto a un mendigo. Se los he dejado.

Me cruce con muchas caras sin cuerpo, inanimadas, perdidas en el tráfico peatonal del centro de Madrid. Me he mezclado con ellos.

Abrí mi pequeño libro de notas y apunte. Hoy no has venido pequeña musa. Una vez más te has ido con mis palabras.

Nunca pensé que Madrid albergará tanta gente distinta. Bendita Madrid, amiga de todos. Hermana de pocos.

Un kiosco de periódicos y revista, parte en dos la travesía de mis pasos, más adelante, un cine o un teatro y al final un pequeño retozo verde con una fuente en medio. Poco verde, mucho asfalto.

Se va el sol y todo cambia. Cambia el decorado de la calle y con él, la gente. Hay personas engalanadas, personas pidiendo, personas robando, personas de uniforme, personas de otras culturas, personas que lo son, personas que nunca lo serán. Y mi musa sin aparecer. No puedo escribir, se me agarrotan los dedos.

Bella y horrible Gran Vía, que hoy ha encendido sus neones para que viera cómo recojo mis letras de los charcos que forman la lluvia. Hoy ha llovido.

Y te quedas casi vacía, como yo, pero la diferencia es que a todas horas tendrás la compañía que pisa tus fieles charcos en un día de lluvia. Te engalanas de miradas.

Buenas noches, gran calle y centenaría Gran Via. me voy a dormir. Sigue despertando a todos.

PERDIDO EN LA ESTANTERIA

Han encendido las farolas del destino, han limpiado las calles con restos de mis vestidos, han dejado caer la lluvia que azotaba mi cara, sin importarle lo más mínimo.

He sentido la última página del libro que escribía, cómo se pegaba a mis dedos, denunciando que no le dejara, pidiendo auxilio en las sombras de sus hojas. He cerrado sus torpes tapas de cartón. He guardado su joven lomo entre los incunables de la historia, dándole la espalda, tal vez... hasta mañana, tal vez....., hasta siempre.

Te dejaré herido en mis estantes, consolándote con mis poemas, centraré mi atención en los desvanes de mi casa, recogiendo pequeños retales de mi vida. Ahora descansa.....

EN EL BORDE DE LA ILUSIÓN

Me he sentado al borde de la ilusión, comprendiendo que la vida es solo un momento, que pasa y se desvanece, que cambia y nos perdemos los pequeños detalles. Muchas veces he imaginado, mi existencia sin mis sueños, tirados tantas veces; he intentado agarrarlos, pero se me han ido entre lamentos, no sabía asirlos con fuerza, no pretendía que fueran realidad, pero esos instantes, son los que forman la eternidad de las cosas bellas, de la magia de la imaginación.

Siempre he sido una persona imaginativa, he creado y al terminar, me ha dado pudor enseñar lo que tenía dentro, pero hay que vencer esa desidia y mostrar a los que nos rodean, como somos y cómo queremos que se nos vea.

Descansan las imaginaciones, pero solo un pequeño y diminuto segundo, después hay que seguir y seguir escribiendo, sin orden, ni concierto; pero tenemos que enlazar las letras, con las gotas que caen de nuestras lágrimas, de nuestras alegrías, de nuestros miedos, de todo lo que nos hace ser: PERSONAS.

ESPERANDO

Hoy te estaba esperando, me he introducido entre mis libros y mis abismos. He recogido muchas palabras que se me habían caído al suelo, algunas se han roto, otras se han perdido y las menos, las he puesto en mis dedos.

Me ha dado tiempo a pensar mientras estaba sentado delante de tus heridas, he sentido vértigo y no he sido capaz de soltar las frases de entre mis labios, han enmudecido, se han perdido.

Voy a cerrar la ventana, el viento puede hacer volar mis desdichas y perder mi destino.............

TENGO TUS PALABRAS

Cada día que pasa mis gotas de tinta emborronan más hojas vírgenes, su liquido impregna mis sentidos y se vuelve hacía un destino difícil de ver. Todo parece irreal, nada es concreto. Aparece, desaparece y muchas veces se queda un instante ante mi, sonríe y se pierde tras la bruma de la mañana. Se burla de mis recuerdos.

He cogido otro pedazo de mi infinito. Hay que guardarlo, tal vez mañana me haga falta.

El Imborrable me deja que escriba sus palabras, que las haga mías y yo las guardo; pero al rato las saco y las publico. Lleno de frases mi vida cómo si fuera a terminar pronto, no puedo reprimirme. Escribo para ti, aunque son tus vocablos los que salen de mis dedos.

Ahora cierro el libro, mañana continuo. Vuelve a mi pensamiento e intento dejarlo en blanco, pero no puedo. Escribo.

PERDIDO ENTRE TUS PALABRAS

Hoy he vuelto a perderme en el pliegue de tus palabras, he sentido cómo me azotaba el cálido viento en el rostro. He luchado con todas mis fuerzas por mantenerme firme, pero el aire me agitaba como al bambú.

Mis pensamientos siguen anclados en el puerto, mientras espero sentado a que tu barca llegue. Miró la linea que parte el mar del cielo y espero ver tu silueta a lo lejos, levantando el brazo, diciéndome -ya estoy a tu lado- pero, vuelve la niebla a llenar el mar y tu te pierdes entre ella.

Mil veces preferiría estar en tu lugar, pero no puedo, me embarga la pena, el seguir recordando, que un día te fuiste para no volver más y sé que eres feliz; estás con ella y también percibo, que nunca me has dejado, que estás a mi lado. Noto tu presencia todos los días, al levantarme, al acostarme y me reconforta, pero te hecho de menos. Os hecho de menos.

No dejarme perder nuestros recuerdos, mantenerlos en mi mente y sobre todo en mi corazón.

SENTADO

Hoy estoy sentado en el borde del abismo y veo lo que queda bajo mis pies, es un sentimiento de vértigo y a la vez de dicha, tengo que saltar, pero el miedo me paraliza y me frena, mi mente vuela, pero mi cuerpo está pegado a la tierra. Hoy no puedo saltar, mañana si.

He intentado conseguir lo que nunca se puede conseguir, he sentido mis piernas flaquear y se ha distorsionado todo en lo que creía, he presionado todas las clavijas de mi vida y he sentido vértigo. Hoy tal vez pueda saltar.

Cuándo miro al vacío y veo lo que hay debajo de mi, me siento transportado a mis montañas, esas cumbres que dejan ver todo lo que uno pueda imaginar. La belleza que desprende el paisaje, me llena de fuerzas para saltar al borde de mi imaginación. Hoy voy a saltar.

He llegado hasta aquí y tu no estabas, has desaparecido, te has vuelto a esconder, puede ser que te parezcas a mi, el miedo nos transporta a los sitios oscuros, donde nunca debimos ir. Hoy he saltado.

Lo hice y no pasó nada; vuelvo a mi interior, creo que ha debido ser un sueño, cómo los que he tenido en los últimos años, sigo mirando al vacío y ahora, no hay nada, era un espejismo de lo ausente. Hay que seguir saltando para avanzar.

MI VIEJO RINCÓN

Hoy he encontrado un poco de lo que perdí, de lo que pudo ser y no fue, de lo que deje de conocer y se escapó entre mis dedos, un recuerdo, tal vez, un anhelo o pudo ser aquello que disfruté y ahora añoro. Mi juventud.

He buscado en mi viejo baúl de los recuerdos olvidados, los he desempolvado y he visto, que de ellos he disfrutado. Los he devorado con ansía, los he contemplado y los he querido una vez más, los he hallado junto a mi corazón y la final, he vuelto a ser yo mismo, el de siempre, el de aquella canción, el de aquel domingo de verano al atardecer, me he visto sentado en el mismo lugar, con la misma persona, pensando que tenía todo el tiempo del mundo para recrearme en su mirada y una vez más, he vuelto a soñar. Recuerdos. Mucho tiempo ha pasado, muchas cosas guardadas en los rincones de mi alma...... Cierro mis ojos y vuelvo al mismo lugar, vuelvo a sentir y a compartir contigo un segundo, un minuto, tal vez una hora o puede ser, que toda una eternidad. Me gusta, me hace estar cerca del infinito, de un infinito que nunca pasa, que permanece, que es mío, nuestro y siempre lo será.

Mi viejo rincón...........

29 de Abril - Un año más

Un año más y sigue pasando el tiempo.

Un año más sin tenerte a mi lado, sin teneros a mi lado.

Un año más recordando tu sonrisa, recordando vuestra sonrisa.

Un año más sin poder abrazarte, sin poder abrazaros.

Un año más sin saber que pasó.

Un año más y sigo teniéndote cerca, sigo recordando vuestras caricias.

Un año más, no es mucho, pero para perderte, perderos, es una eternidad.

Un año más temiendo la noche, temiendo el día.

Un año más alejándose la memoria de mis rincones.

Un año más.... un año más.

UN VIAJE SIN FIN

Conducía tranquilo, despacio, casi como un autómata, así era siempre. Esperaba que llegara el frío aliento de la noche, la linea continua de la carretera, cada vez se hacía más monótona, llegaba ser una linea sin fin, sin curvas, sin nada que le recordara, porqué hacía aquel viaje a ese inhóspito lugar, del que hacía mucho tiempo, se había despedido sin más.

Era un otoño gris, sin luz y los colores ocres de los árboles, pasaban desapercibidos entre tanto asfalto de la autopista. Ya empezaba a oscurecer y no quería llegar.

A lo lejos vio unas pequeñas luces y pensó en parar y seguir a la mañana siguiente, aminoró la velocidad, se desvió y aparco su auto. Entro en el pequeño hotel de carretera, que estaba junto a la gasolinera, no había nadie, sólo un hombre de unos sesenta años, que le miraba mientras entraba, le pidió una habitación tranquila, firmo la tarjeta y sin decir nada más, se dirigió hacia la habitación, abrió la puerta y sin desnudarse, se tumbó perdiendo la vista en el techo de la penosa habitación del segundo piso, que daba a la parte trasera del edificio. Era una habitación con un pequeño cuadro de un feo paisaje y enfrente una pequeña televisión. No pensó en nada, su mente se quedo vacía, tal y como le había ocurrido durante el viaje y espero a que le venciera el sueño, pero siempre era el mismo, hacía años que sólo soñaba, con volver a ese lugar, que le trastornaba y que le robaba la vida poco a poco, se negaba a ir, pero ahora, allí estaba, en un cochambroso hotel de carretera y camino de sus sueños, unos sueños felices, que siempre terminaban amargamente.

TU SOMBRA

Junto a tu sombra se esconde algo que me hace desesperar, siempre negra, fría, pegada al suelo como tu alma.

Tras ella, miles de secretos sin confesar, un mundo de esperanzas, perdida por tu frialdad.

Ayer la vi pasar, no iba junto a ti, no te protegía, se escondía de la luz,

anhelaba que llegara la noche una vez más.

Hoy no la he visto, tal vez nunca la volveré a ver.