DIVAGACIONES FILÓSOFICA 3

Ahora me toca buscar la palabra entre tus sonidos; clavo a tus pies mi existencia. Sólo tú eres. El Ser. Lo Imborrable.
Cuando se pierden las palabras y el viento se lleva todo lo escrito y sólo queda lo perdurable, gano mi mayor trofeo. Lo imborrable. Sólo tus palabras suenan como el resurgir de una psicofonía infinita, excelsa, llena de vida. ¡Quién dijera jamás lo que no fuera dicho, escuchando tus jadeos, oyendo tus ríos, tu viento, mi voz que es la tuya!. Qué hedor más ingrato es el mundo, tan siquiera miran las bellezas de los vocablos ininterrumpidos que les ofreces. Gloria a tu nombre; y mis palabras son imborrables, siempre permanecerán en mis oídos, que son los tuyos.

DIVAGACIONES FILOSÓFICAS

Quisiera imaginar la plenitud de la belleza de las palabras mudas, sin sentido; alcanzar el clímax de frases infinitas, realizando la gran batalla en contra del todo anti-imaginario. El ocaso. Se ocultan las sonrisas de los labios, ensanchan los hombros los hipócritas. Mentiras.

Me hace falta descansar para seguir imaginando. Fatiga.

¿Qué queda del Todo-imaginario cuando se esconde el rostro y la sonrisa se pierde por el suelo?

Voy buscando las palabras y veo como estos relatos se terminan y no las encuentro, me veo caer en la sociedad consumista y agobiada por el sudor sedentario, lleno de apoplejía ingrata, de unas lágrimas de sangre. Añoro las pequeñas manos.

DIVAGACIONES FILOSÓFICAS 2

Tras la espesa niebla que deja confundida mi mente, te encuentro como cada noche a mi lado, dejando instantáneas de aquello que hemos vivido, que nos ha tocado sentir y hacernos volar.

Son pequeños parches que cuelgo en la pantalla de la vida, aquellos que nos hacen sentir serenos y sosegados en algún momento del día. Rara vez ocurre.

Minúsculos trozos de escarcha envuelven la raíz de la separación entre dos cosas; unas veces nos hacen deleitar y otras desesperar, pero son instantes al fin a al cabo y no hay que dejarlos parar.

Se nutren de momentos, se hacen fieles a nuestro pensar y se refuerzan en el aspa del tiempo. Son momentos nada más, pero hay que seguir. Dudamos y perdemos el segundo que pasa a nuestro lado y que nunca puede volver a pasar.

RUIDOS

Ruidos, miles de ruidos circundan la mañana que despierta, entre el humo de tubos de escape y el bullicio de la gente que va y viene de todos los lados. Y yo, sentado en medio de un anden de cercanías, sin saber que hacer. Podría tomar el próximo tren o quedarme toda la mañana, esperando a ver como muere el día. Pienso.

A lo lejos, se ve llegar otro tren, cientos de caras se bajan, cruzan, se tambalean, y yo, sigo sin saber que solución tomar.

Todo se ha quedado parado, casi no hay ruido, pero sigo esperando a que algo o alguien, me indique que debo hacer. Vacío o indecisión. Miedo o fin.