Ruidos, miles de ruidos circundan la mañana que despierta, entre el humo de tubos de escape y el bullicio de la gente que va y viene de todos los lados. Y yo, sentado en medio de un anden de cercanías, sin saber que hacer. Podría tomar el próximo tren o quedarme toda la mañana, esperando a ver como muere el día. Pienso.
A lo lejos, se ve llegar otro tren, cientos de caras se bajan, cruzan, se tambalean, y yo, sigo sin saber que solución tomar.
Todo se ha quedado parado, casi no hay ruido, pero sigo esperando a que algo o alguien, me indique que debo hacer. Vacío o indecisión. Miedo o fin.
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