viernes, 14 de enero de 2011

DESATANDO SUSPIROS

(De cuando deje la pluma olvidada en tu cuarto)

Deseos llenos de codicia desatada
de pensamientos abruptos en la noche
que se cierran a nuestro paso
como quimeras agazapadas en las sombras

Sentimientos perdidos, hechos añicos;
dedos inconexos entre axilas mojadas,
camas deshechas, hogares en lágrimas,
llanto de niños, humo sin fuego.

De pena muere el alma herida
de tus besos desaprovechados
de los rincones de los pliegues de tu piel,
de lo que no se dice y se calla.

Adormecido en las sombras de la siesta,
de una Castilla que enmudece
entre sudores de pechos descubiertos
palideciendo al sonar la puerta.

Descansan resoplido de carreras
por pasillos alargados de otras casas,
de doseles que ocultan de miradas,
mientras descansan junto a cuerpos tendidos.

Y se acaba el verano y con él las palabras,
y las líneas se desdibujan en tu espalda,
y en las muecas de mi cara
y en el rictus de la tuya.

Se cierran las hojas del libro acabado
y se empieza el siguiente
y con él, las nuevas palabras
las que sienten, las que callan.

LO IMBORRABLE

LO IMBORRABLE
Nada hay pequeño