Y no puedo parar de escribir y me duele el alma,
y se entristece la risa; y se apagan las luces de mi estancia.
Y me siento herido y me vuelve a doler el alma,
por tener que despedirme, porque se acaba la magia,
por deciros adiós y no como ayer; ¡Hasta mañana!
y se entristece la risa; y se apagan las luces de mi estancia.
Y me siento herido y me vuelve a doler el alma,
por tener que despedirme, porque se acaba la magia,
por deciros adiós y no como ayer; ¡Hasta mañana!