martes, 8 de junio de 2010

PERDIDO EN LA ESTANTERIA




Han encendido las farolas del destino, han limpiado las calles con restos de mis vestidos, han dejado caer la lluvia que azotaba mi cara, sin importarle lo más mínimo.
He sentido la última página del libro que escribía, cómo se pegaba a mis dedos, denunciando que no le dejara, pidiendo auxilio en las sombras de sus hojas. He cerrado sus torpes tapas de cartón. He guardado su joven lomo entre los incunables de la historia, dándole la espalda, tal vez... hasta mañana, tal vez....., hasta siempre.
Te dejaré herido en mis estantes, consolándote con mis poemas, centraré mi atención en los desvanes de mi casa, recogiendo pequeños retales de mi vida. Ahora descansa.....

LO IMBORRABLE

LO IMBORRABLE
Nada hay pequeño