lunes, 14 de julio de 2008


QUERIDO JUAN
Un año más, como cada 7 de julio y como tantas otras veces, he recordado a Juan. Me han vuelto a la memoria su extraordinaria dignidad, ajena a cualquier tentación venal, su constante búsqueda de la palabra y toda su experiencia de vida, fecunda y magistral. He revivido con él muchos momentos, buenos y malos, de los casi veinte años que compartimos, y he vuelto a descubrir cuánto le echo de menos, cuánto me falta su conversación rica y sugerente, y cuánto añoro su compañía. Juan Ruiz Acosta forma parte de lo mejor de mi vida, de aquello que de verdad merece la pena, como muchas de esas cosas que se nos van a medias, aún sin estar en sazón, dejándonos en el alma un agujero imposible de llenar con nada que no sea el mismo vacío que nos queda. Juan vive y vivirá siempre en mi cariño y en mi memoria, y hoy, una vez más, siento cuánto me falta, y su ausencia me duele y me pesa.
Santiago A. López Navia

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LO IMBORRABLE

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