A Santiago A. López NaviaMis queridas palabras que un día fueron mías y hoy tal vez de otros. Tus queridas palabras amigo mió, que un día fueron tuyas y hoy, se agregan a las mías sin sentir pudor, solo que hoy, son solo una.
Tus queridas palabras que un día me acercaron al borde del abismo de nuestro sentir, que nos unieron y nos hicieron sólo, una frase entre tus palabras y las mías, tal vez sin coherencia para otros, pero apegadas en nuestros corazones para siempre.
Nuestras queridas palabras, no son sólo palabras, son faros a los lejos del final del mar.
¿Te acuerdas querido Gorrión de nuestros vuelos por el infinito?, fueron largos, apasionados, llenos de amor por los que nos rodeaban. Hoy siento nostalgia. Vuelvo a sentirme pegado a los recuerdos como siempre, tal vez más viejo, más cansado de reprimir lo que muchas veces, he querido decir o hacer, pero lleno de dicha por haber conseguido tocar muchas veces el infinito contigo.
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