Me inunda la congoja de perder tus pasos y no volver a sentir tu respiración junto a la mía.
Me pierde la esperanza de estar junto a ti y mirarte cada día junto a tu puerta.
Me recuerdas mis días de ilusión y mis noches de insomnio.
Me dejas una vez más con las ganas de abrazarte y besarte.
Dejamé entonces plasmar las huellas de mis labios en tus cristales y volver a sentirme una vez más aquel hombre que nunca debí dejar de ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario